¿Pero cómo es que aun estoy vivo?
Maldito farsante,
me dijiste que vendrías,
que a mi llamada acudirías.
No hay ser mas desgraciado
que el que escribe este llanto.
No eres justo.
Yo era el elegido.
Tu hoz por mi cabeza debía pasar
y tu túnica negra,
mi sangre empapar.
¡Maldito estafador
sin convenientes!
¡Maldito ser sin alma!
Empiezo a dudar hasta de ti,
¿Con quién puedo confiar aquí?
Muéstrame y dime,
quién me ha reemplazado,
seguro que no te lo agradece,
como yo, que te presto mi vida.
Seguro que no encontrarás a nadie,
como yo de desquiciado.
No me digas que no es para tanto
¿Por qué tan benévolo?
Quiero que seas cruel,
al menos conmigo.
Estoy acostumbrado, si,
a convivir con crueldad,
la vida, el mundo,
todo es ironía,
ironía cruel,
tan cruel, que
me he viciado a esta.
Tengo miedo de que no vengas
ser de negro, ¿a que juegas?
Espero verte cuando abra los ojos,
espero ver a alguien de negro
y no al hombre de blanco.
Allá voy, se cruel,
llévame contigo
donde quieras ¡llévame!
Mi alma es tuya,
mi cuerpo,
ya no es mio.
jueves, 26 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario